busca acaso marido,
que le amueble el cotorro del olvido
con antiguos recuerdos de oro y grana.
Altanera de gestos y mundana,
tiene un solo vestido,
que luce con acento distraído
mientras mira llover por la ventana.
Sin pudor, el gataje,
en lunga procesión de matonaje
se alinea al balanceo de su cola;
fallido desembarco,
y allá sigue la gata de Condarco,
siempre sola.
Del libro De lunfa somos.
Dibujo: Mac MegaGerc.
2 comentarios:
Que bueno que esté de regreso, siempre hay que dejar una puerta entreabierta por las dudas.
Hermosa gatita.
Igual es un regreso parcial, para ubicar en algún lugar el poema.
Demasiados Blogs. :)
Paradojalmente "la gata" refiere a ratones.
Publicar un comentario