lunes, 27 de mayo de 2013
Don gato, doña Luna y don Roberto
Roberto Marín
Un gato de rondín en el tejado
se agazapa y tutela
el sueño de una luna de mistela,
que duerme panchamente de costado;
Roberto lo ha pintado,
con ese corazón tan duermevela,
que lo fija en el blanco de la tela,
como un gato de guardia, enamorado.
La luna dormilona del relato
con pomposo boato
se adorna con estrellas de fortuna
y a los pies de la luna ronda el gato,
según este retrato
que Roberto ha pintado de la luna.
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