domingo, 8 de julio de 2018

Cierta gata llamada París

Compra frutos de mar en el mercado
y un ramito de lis para la mesa,
desentona vivaz la Marsellesa
y que el diablo le quite lo cantado.
Con gesto delicado
engalana su boca de turquesa
y con dignos modales de princesa
sobrelleva un antojo reservado.
Con la cola bien tiesa,
del mercado de frutos se regresa

y cenamos los dos, salmón rosado.
Apenas hubo el postre terminado

en mis labios felinos se atigresa
y apaga el farolito del tejado. © 

Del libro Llevarás en la piel. 
Pintura: Makoto Muramatsu 
Recitado en el Café Tortoni.