jueves, 29 de octubre de 2009

Nocturna



Gabriela, la gata de negro pelaje,
patrulla el reverso de la madrugada,
el cielo la viste de noche cerrada,
nocturna y salvaje;
con pasos de seda y empeños de encaje,
oscuros los ojos de oscura mirada,
avanza en las sombras, de sombras sitiada,
tiznando el paisaje.
Los gatos la siguen a corta distancia,
ninguno se atreve
a invocar el nombre de la gata en vela;
todo es viento y ansia,
todo es lluvia y llueve,
y el eco incitando, “Gabriela, Gabriela”.